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ISSN 1989-4163

NUMERO 72 - ABRIL 2016

El Largo Proceso hacia la Igualdad

Carmelo Arribas

 

     

Uno de los aspectos que más han contribuido a la igualdad femenina, ha sido el derecho al voto,  el sufragio femenino, que se ha estado denegando cicateramente durante siglos, tan es así que en Nueva Zelanda en 1776, se utilizó en el documento que  instauraba el derecho a voto la palabra "personas", en lugar de "hombres" en cuyo concepto se incluía implícitamente a las mujeres, tal "error" fue subsanado poco después aboliendo este derecho en 1807, pero poco a poco fueron admitiendo con no pocas luchas, este derecho todas las naciones, aunque todavía muchas de la órbita cultural del Islam lo tiene prohibido o coartado. Como  Arabia Saudita, Brunei, el Líbano que  exige a las mujeres una prueba de educación elemental, aunque no a los hombres, o  Los Emiratos Árabes.


Pero sin duda el mayor avance y el más importante de  los acontecimientos que han llevado a una igualdad legal, ha sido la incorporación al trabajo remunerado. Todos los analistas  hacen una división temporal-ideológica  de la ocupación laboral de las mujeres. Y lo dividen en varios períodos: Hasta antes de la 1ª Guerra Mundial, del período de entreguerras y desde el fin de la II ª Guerra Mundial aproximadamente desde 1945 hasta la actualidad. El lento proceso de miles de años se ha acelerado en las últimas décadas.

La primera aparición masiva de la mujer en las fábricas durante  la Revolución Industrial causó, tanto en las ideologías conservadoras como en las socialistas y comunista, perplejidad, sin saber cómo abordar este fenómeno del que no había precedente. La reacción fue de rechazo. Para los conservadores esta situación destruiría la familia, más extraño es encontrar rechazo en la ideología socialista o comunista, pero Karl Marx, en su libro el Capital, también incide en esa idea, ya que: "La ocupación fuera del hogar de las madres conllevaba el descuido y abandono de los niños". Pero es que los sindicatos también propugnaban : "como hombres y como maridos...que las esposas se mantengan en la esfera propia del hogar, en lugar de verse arrastradas a competir con los hombres grandes y fuertes del mundo".

A pesar de todo, la mujer es aceptada en el trabajo como una cuestión de hecho, pero su situación es concebida no como algo natural, sino como un apéndice secundario y transitorio en su vida, aunque  en muchos casos necesario, y concebido como una prolongación de las obligaciones como ama de casa, que necesita un aporte económico extra para el mantenimiento de la familia. En caso de no estar casadas como las solteras o las viudas,  se entendía que en ausencia de un marido, necesitaban trabajar para subsistir. Pero todavía este trabajo femenino es considerado como provisional,  por eso su cualificación es baja, y los salarios también. Los empresarios descubrieron que en las tareas repetitivas y de habilidad las mujeres rendían más que los hombres, así es que las fábricas, pese incluso a la petición de los sindicatos de la instauración de un "salario familiar" que hiciera innecesaria la aportación monetaria de las esposas, acabaron llenándose de obreras.

 El abandono rural y el incremento de las clases medias, produjo un crecimiento del servicio doméstico que se convierte en el primer escalón laboral y de mayor ocupación por parte de las mujeres a partir de la segunda mitad del S.XIX, constituyendo el 40% en el Reino Unido de todas las mujeres trabajadoras, el 22% en Francia o el 27% en España. Era una salida a la emigración a las ciudades, que pese a la dureza del trabajo y la escasez de los salarios, cuando los había, aseguraba  techo y subsistencia.

Las dos guerras mundiales las del  1914 y 1939, que obligaron, ante la ausencia de hombres, incorporados a los diversos frentes de las naciones beligerantes, a la incorporación masiva de mujeres a industrias hasta ese momento exclusivas de mano masculina, como las metalúrgicas, trajeron también  la  ocupación  de puestos en la administración pública y en el área de servicios, y con ello la incorporación  de muchas mujeres a las Universidades, sobre todo a las facultades de Medicina, ya que ellas atendían en  los Hospitales a la gran cantidad de heridos provenientes de los campos de batalla.

Tras la Paz de Versalles, en 1919 se comienza  una fuerte campaña para la vuelta de la mujer al hogar y el abandono de los puestos de trabajo para favorecer a los hombres recién desmovilizados. Ello conllevaba el maximizar la labor de la mujer y su papel como madre. El ascenso de los fascismos hace que sean expulsadas de las administraciones públicas que se incrementen las propagandas sobre las enfermedades laborales, que en la filosofía de tutela del hombre hacia la mujer, no deberían sufrir estas,  y dificultan en lo posible la incorporación o permanencia en los trabajos de las mujeres casadas. Ni tan siquiera hay que fomentar la educación intelectual de las niñas.[1] "No hay que ser nunca una niña empachada de libros, que no sabe hablar de otra cosa;...no hay que ser una intelectual."

Sin embargo las reticencias por abandonar el puesto de trabajo, los intereses de los empresarios y el desarrollo económico, frenó mucho estas ideas asumiéndose poco a poco. [2]" Mujer que pasas seis días de la semana en la oficina..."Hasta la actualidad.

La mujer económicamente más independiente, comienza a solicitar sus derechos y su equiparación que como persona merece en la sociedad en la que vive.

El feminismo es una de las corrientes mas importantes de la filosofía política que arranca de modo definido a principios del S. XIX y que tiene su máxima fuerza reivindicativa a través del S, XX, sin embargo es considerado un movimiento de pensamiento casi marginal, pese a que afectaba a un mínimo del 50% de la población. La historia del feminismo tiene aparejada una historia de la misoginia, que hacía que cada vez que sus propuestas eran sacadas a la luz , como el acceso paritario a la educación, la consecución del voto, igualdad laboral o acceso a los puestos de poder, desde muchos frentes se echaba mano a la ideología clásica intentando redefinir el papel y la esencia de la mujer para negar, lo que solicitaba, con  argumentos que ahora nos parecen peregrinos, pero que contaban con el consenso general, incluso de la mayoría de las mujeres educadas en una sumisión al varón y en una formación, cuyo eje principal era el matrimonio, la familia y la educación de los hijos.

La Ilustración con las ideas de Igualdad conducían  por lógica hacia la igualdad femenina como ciudadana, pero los mismos ideólogos trataron de reconducir estos conceptos apropiados por el feminismo, afirmando que era designio de la naturaleza el que fueran un sexo dominado, era un orden inalterable que como tal tenía que cumplirse, e igual que Voltaire aconsejaba no enseñar a leer a los campesinos, de igual manera, la mujer no debía de tener acceso  la educación o en todo caso a una educación dirigista hacia unos determinados fines.

Incluso en aquellos estados,  como Estados Unidos, en los que se comienza con una "nueva" mentalidad política; basándose en que la mujer es un bien preciado y frágil, no puede dejársele  libre a su voluntad, sino que tiene que permanecer bajo la protección paternal para entregarla en matrimonio y posteriormente bajo la del marido, ya que esta libertad significaría hacer dejación de una responsabilidad e incumplir la protección que se merece. Sólo las viudas pueden suplantar la tutela del varón,  si  son ricas pueden permanecer en este estado, aunque lo aconsejable es que se casen, pero si son pobres, han de tener un varón que les proteja, por lo que es imperativo que contraigan nuevas nupcias.

Las ideas filosóficas para encuadrar este nuevo fenómeno, de la demanda de la mujer de unos derechos, que en la actualidad consideramos naturales, se encuentran precisamente con la negación de tal afirmación. Shopenhauer y los naturalistas interpretan que el sexo femenino es naturalmente vicioso, por lo que no pueden solicitar una igualdad, sino que tienen que estar bajo la tutela del varón. Por otra parte basándose en una teoría semejante, la mujer es víctima de esta situación y la sociedad tiene que poner los medios para redimirlas de ella. Y es en esta segunda opción en la que se basan las sufragistas para solicitar sus derechos.

Podría pensarse que con la instauración del pensamiento socialista en la masa obrera la idea igualitaria entre hombres y mujeres se impondría. No es así, la sociedad tenía muy enraizado el lugar de la mujer en el organigrama y así las mujeres en el futuro seguirán haciendo de mujeres,  y podrán seguir haciendo aquello  que desean profundamente porque para ello  están destinadas: ser madres, amas de casa y amantes fieles de su marido. Porque la igualdad de clases no implica la desaparición de la división en la función de cada uno de los sexos; que para ellos será aportar los medios económicos de subsistencia y para ellas ejercer sin agobios su misión: ser bonitas y cuidar de los demás. El mutuo respeto no implica una variación en los roles de cada uno.

La aparición del llamado Sufragio Universal ponía de manifiesto una idea subyacente, el Sufragio universal era para los varones, lo que implicaba la nula existencia de derecho en esa preconizada "universalidad", de las mujeres.

Las reacciones a estas solicitudes y su sustentación científica para rechazarlas tiene su respaldo en la obra del famoso neurólogo austríaco Paul Julius Moebius, [3] "La inferioridad mental de la mujer" ( La deficiencia mental fisiológica de la mujer). Basa esta teoría en los estudios realizados sobre el peso y las características del cerebro. Aunque tales estudios no los realiza él, sino que describe los experimentos de Theodor Ludwig Wilhelm von Bischoff y otros médicos. Debido a esto, a la mujer le conviene estar sujeta al hombre. Así pues, el libre albedrío de la mujer estaría perjudicado por su anormalidad mental. Lo curioso de estas teorías es que estuvieron apoyadas por  diversas mujeres de su tiempo como: Fanny Sewald o Laura Marholm.[4]

 La visión aterrada de algunos ante el "imparable ascenso de los inferiores", entre los que se encontraban las mujeres, constituyó un caldo de cultivo para el nacimiento de los fascismos, estos retomarán las viejas ideas del lugar de la mujer dentro del núcleo familiar y supeditada a la autoridad del varón. El fascismo y el nazismo, se imponen, en los años treinta, en naciones como España, Italia, Alemania y todos los paises de su órbita y tiene ecos en Portugal. Las palabras de Pilar Primo de Rivera presidenta de La visión aterrada de algunos ante el "imparable ascenso de los inferiores", entre los que se encontraban las mujeres, constituyó un caldo de cultivo para el nacimiento de los fascismos, estos retomarán las viejas ideas del lugar de la mujer dentro del núcleo familiar y supeditada a la autoridad del varón. El fascismo y el nazismo, se imponen, en los años treinta, en naciones como España, Italia, Alemania y todos los paises de su órbita y tiene ecos en Portugal. Las palabras de Pilar Primo de Rivera presidenta de la Sección Femina, del régimen de Franco, en 1942, resumen las ideas y las pautas que deben regir la conducta de la mujer española, volviéndola tras algunos tímidos avances, durante la época republicana, a relegar a un segundo plano.

"Las mujeres nunca descubren nada; les falta desde luego, el talento creador, reservado por Dios para las inteligencias varoniles; nosotras no podemos hacer nada más que interpretar, mejor o peor, lo que los hombres nos dan hecho" .[5]

El fascismo es un movimiento "viril" y "neopatriarcal" [6] en el cual la igualdad de hombres y mujeres además de indeseable, era imposible. Las dos peticiones que con mayor ímpetu realizaban las mujeres, el voto y la educación, no tienen razon de ser. En esta sociedad, las peticiones del voto son injustificadas, ya que el voto ni tan siquiera el masculino es necesario para nadie, basta seguir al lider. En el campo de la educación, la no sexista, no diferenciada, viriliza, y si fisiológicamente somos distintos ¿por qué vamos a ser iguales? Sólo un hombre inseguro permitiría a una mujer que sea independiente, y mucho menos la admiraría, la mujer está para ser protegida por el hombre, no para ser admirada, eso no es viril.

Pero tampoco puede dejarse a la mujer con las viejas ideas que se habían arrastrado del período anterior solicitando libertad e igualdad, hay que instruirlas e imbuirlas en los nuevos conceptos. Sin embargo las nuevas ideas eran exactamente las viejas ideas del s. XIX, que ya se consideraban superadas, y que ellos estaban nuevamente preconizando, como eran: "Preparar a la niña desde la más tierna infancia para sus ocupaciones futuras y para cumplir el destino de la mujer es el objeto de los principios de su educación. Al hombre tocan el sostén y defensa de los intereses generales de la familia toda, de la patria, de la sociedad; a la mujer, los cuidados de la familia, donde su acción es viva, influyente y eficaz".[7]

Tras la derrota de los fascismos, acabada la segunda guerra mundial, aunque en España todavía permanecería la ideología fascista de Franco, muy tamizada por la influencia de la iglesia católica, y en leve evolución sobre todo tras la llegada del turismo, que mostró otras formas de concebir la sociedad, a partir de finales de los años cincuenta, en la mayoría de los países considerados demócratas, la mujer alcanzó el derecho de voto.
Ya anteriormente durante la República se había solicitado en España el voto femenino, y fue rechazado por los partidos de izquierdas por cuestiones partidistas, temían que el voto de la mujer se decantase hacia la derecha, por lo que se sentirían perjudicados. La socialista Margarita Nelken[8] luchará para que no se le permita todavía el derecho de voto a la mujer, ya que la consideraba muy mediatizada por la Iglesia y temía pudieran votar a los conservadores.

Pero es que incluso en las campañas anticlericales que se fueron produciendo en España desde finales del S.XIX, hasta el golpe de estado del general Franco, la mujer fue discriminada, aunque en este caso de modo positivo [9] por carecer de peso político:"de este modo las sucesivas etapas de gobieno liberal provocaron un enorme quebranto a la Iglesia al privarla de sus principales medios de subsistencia y del influjo ejercido en la sociedad por las órdenes religiosas, especialmente las masculinas ( las femeninas, mas circunscritas a labores de beneficencia, fueron menos perseguidas) dado que se pasó de 2.051 comunidades religiosas de varones estimadas en España a mediados del XVIII a sólo unas pocas decenas en la década de 1840." Es evidente que no sólo fue por la labor asistencial que realizaban las monjas, ya que también muchas de esas comunidades masculinas cuyos conventos eran desamortizados, y ellos expulsados, realizaban labores de caridad, mas bien se debía a la escasa importancia político-social que se le daba a la mujer y cuya influencia y peso no se temía. Pero esta circunstancia no fue exclusiva de España. En Francia la Tercera República también legislaba contra los institutos religiosos masculinos y sus escuelas.[10] 

El concepto de sumisión al hombre, no era exclusivo de los fascistas, los integristas católicos, que no eran pocos, en los finales del S.XIX y principios del XX, llegaron a rezar por la conversión del papa León XIII, autor de una de la encíclicas más sociales, la [11] Rerum Novarum y se oponían a las primeras leyes sociales...porque al limitar el trabajo de las mujeres y los niños se menospreciaba la autoridad paterna y por supuesto del hombre. 

Uno de los grandes logros fue levantarse todas las restricciones educativas que atañían a la mujer. Durante la historia varias fueron las mujeres que se disfrazaron de hombre para poder recibir una educación elevada. Quizás uno de los casos más conocidos es el de Concepción Arenal, que se matricula como oyente en derecho en la Universidad de Madrid en octubre de 1841, contra la voluntad de su madre. Es descubierta y se provoca un gran alboroto, pero se le permite seguir con los estudios. En 1863 se convierte también en la primera mujer que recibe el título de Visitadora de Cárceles de Mujeres, cargo que ostentó hasta 1865. En 1869 los Liberales le despojaron del cargo, aduciendo que era mujer.

Pero poco a poco, y ya de modo imparable, se van logrando cotas de poder, por fin una mujer ostenta un cargo municipal. Julia Mayoral Márquez, (1902-1983), nacida en Santa Amalia ( Badajoz) se convierte en la primera alcaldesa habida en España. 

En Alange (Badajoz) en donde ejerce de maestra de primera enseñanza [12] , toma posesión como vocal de la Comisión Gestora, el 26 de enero de 1933, siendo elegida para desempeñar el cargo de Presidente de la misma.
"Cuando más abstraída me encontraba en mi labor de maestra de escuela soy nombrada alcalde. Grande es mi asombro, pues siempre me he mantenido al margen de las cuestiones políticas y sólo he vivido para mi escuela. Pero comprendo que cuando la mujer es llamada a realizar una misión de paz y progreso para su pueblo, debe seguir la voz del deber y poner en el cargo un gran entusiasmo y amor a España, así como fe en luchar por ella y por la pacificación de los espíritus". Escribe en su diario. "Afortunadamente, las mujeres de Alange me quieren porque he conseguido que las tabernas cierren a las diez de la noche. Y los obreros están contentos porque he resuelto el problema del paro".

Carmelo Arribas Pérez
 
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1.- Sección femenina. El Libro de las Margaritas. 1940. Otero, Luis. La Sección Femenina. Pag. 91. Ed. Edaf.

2.- Sección Femenina. Anuario de 1954.

3.- Paul Julius Moebius fue el descubridor en 1892 del síndrome que lleva su nombre " Síndrome de Moebius", que es una rara anomalía congénita caracterizada por falta de expresión facial.

4.- " Character Study" . Laura Marholm.

5.- Otero, Luis. La sección femenina. Pag. 15. Ed. Edaf 2004.

6.- Valcárcel, Amelia . Las filosofías políticas en presencia del feminismo. Las mujeres en la construcción del mundo contemporáneo.Pag. 29. Teresa Martín, Mª del Mar del Pozo Andrés. Editoras. Publicaciones de la Diputación de Cuenca. Dirección Mª Segarra.

7.- Materiales para la Historia de la Mujer en Extremadura.

8.- Margarita Nelken y Mansberger (1896-1968), nació en Madrid en el seno de una familia de emigrantes judíos alemanes.Tenía grandes inquietudes sociales especialmente por la situación de la mujer en su tiempo, ideas que plasmo en su obra "La condición social de la mujer (1919)". Afiliada desde los 14 años al PSOE, fue elegida en 1931 diputada, tras la instauración de la II República. Siéndolo de nuevo en el 1933 y 1936. En 1937 se afilió al Partido Comunista de España. Desde 1934 perteneció al Comité Nacional de Mujeres contra la Guerra y el Fascismo. En 1939 se exilió a la Unión Soviética y posteriormente a México, cuya nacionalidad adoptó.

9.- Cárcel Ortí, Vicente. Breve Historia de la Iglesia en España. Pag. 321. Editorial Planeta. Planeta Testimonio.

10.- Cárcel Ortí, Vicente. Breve Historia de la Iglesia en España. Pag. 333. Editorial Planeta. Planeta Testimonio.

11.- Cárcel Ortí , Vicente.Breve Historia de la Iglesia en España. Pág. 371.Editorial Planeta. Planeta Testimonio.

12.- Mujeres con latas . (Extremadura: La Guerra Civil. J. Vila)

 

 

Carmelo

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